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16 octubre, 2009

La decepción de mi vida

Esta es una nota enviada a HatodelYaque.com hace unos dias por una señora nativa de Hato del Yaque, Santiago de los Caballeros .

Hola a todos. Esta es una corta historia la cuál quiero compartir con ustedes. Es sobre mi afán de conocer a los EEUU desde que estaba yo una jovencita.

Desde los 20 años de edad, empezó mi deseo de conocer a New York, debido a los lindo cuentos y fabulas que hacian mis amistades sobre New York "Allá tu halla los quartos (dinero) rodando por el suelo", "Los zapatos nunca se te ensucian porque no hay polvo ni tierra, y además cae nieve" me contaban los viajeros, llenando mi mente de pensamientos y deseos de conocer a tal ciudad.

Casi tres decadas después llegué a New York y vaya decepción! Esperé 28 años de los y tantos que tengo para llegar a New York, creyendo que así mi vida de pobre acabaria, pero aquí estoy peor, porque sigo igual de pobre sin ná y peor aún porque estoy lejos de mi familia y lejos de mi patria de mis amistades.

Vivo en un cartito pequeño y sin ventanas, pero eso no me incomoda tanto como me incomoda tener que hacer cola para ir al baño. Yo nunca habia dormido en el piso cuando vivia en República Dominicana y aquí en New York sí debido a razones económicas. Nunca pasé hambre en mi país, pues la mayoria de alimentos que se consumian en mi casa se sembraban en nuestra pequeña propiedad, pero aquí en esta ciudad no solo he pasado hambre sino que también frio, depresión y discriminación por parte de otros latinos desafortunadamente, pues ningún gringo me ha discriminado aún.

New York es una ciudad bella, grande y tiene de todo, pero no está diseñada para mí. Quizás si tuviera familiares aquí ó quizás si yo hubiera tenido el privilegio de venir acá en mi juventud las cosas hubieran sido mejor, porque a esta edad se me hace dificil acostumbrarme a la vida tan acelerada que se vive en esta ciudad. Me hacen falta mis hijos, nietos, mi esposo, mi campo y mi cafecito caliente por la mañana.

Desde que salde mis deudas y logre reunir unos cuantos dolares me regreso pa' mi país, que aunque sea un país del tercer mundo con inestabilidad política, desempleo y todo los demás, ese fué el país que me vio nacer, donde tengo a mi familia, donde nunca pasé hambre ni frio ni discrimanción gracias a Dios.


Rafaela T.

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