La inmigración toca fondo
Jueves, 17 de sept, 2009
Hace sólo dos años España era Eldorado. Ahora, son pocos los que vienen y cada vez más los que piensan en irse, según han constatado las asociaciones de inmigrantes. Todos los indicadores llevan a una misma conclusión: a muchos ha dejado de merecerles la pena dejar su país para venir a otro en crisis. Los datos revelan, por un lado, el frenazo en las llegadas: en cayucos (un 40% menos en los siete primeros meses de 2009), por reagrupación familiar y por contratación en origen. Y, por otro, el aumento de los regresos, como indican las matriculaciones escolares de extranjeros: aumentan, pero casi un 50% menos.
"Ya a finales del curso pasado muchas familias sacaron a sus niños del colegio para enviarlos a Ecuador porque sabían que no podían hacer frente a los gastos de uniformes, material... Muchos ecuatorianos han agotado la prestación por desempleo, otros tantos han perdido sus casas porque al no poder pagar las hipotecas se las han quedado los bancos y ahora viven en albergues y comen en comedores sociales. Están desesperados. No hay trabajo y el poco que han conseguido, por ejemplo, a través del Plan E del Gobierno, era para obras de emergencia, que duraban muy poco", explica Raúl Jiménez, de Rumiñahui, asociación de ecuatorianos.
Vuelven los hijos que estaban en España y ya no vienen los que se quedaron en los países de origen de sus padres. "Para traerse a los familiares tienen que demostrar que pueden mantenerlos económicamente y, con la crisis, cumplir los requisitos es prácticamente imposible. Tenemos datos de 7.000 cabezas de familia que no han podido traerse a sus hijos a España", explicó Gustavo Fajardo, de Aesco, asociación de colombianos. "Además, al perder sus trabajos, muchos han perdido la residencia y se han convertido en inmigrantes irregulares".
El PP quiere endurecer aún más los requisitos de reagrupación familiar y ha centrado en este punto la enmienda a la totalidad a la reforma de la Ley de Extranjería que hoy se debate en el Congreso.
También se ha reducido de forma drástica la contratación en origen. Hasta el 30 de junio, el contingente es un número de una sola cifra: 8, frente a los 1.380 de todo 2008.
Muchos marroquíes han optado por regresar a su país a la espera de mejores tiempos, pero sin acogerse al plan de retorno del Gobierno, que les obligaría a renunciar a sus papeles. "Ha sido un retorno puntual, silencioso, pero no definitivo. España les dio mucho trabajo y esperan que vuelva a dárselo, pero no están dispuestos a renunciar a su tarjeta de residencia, por eso no se han acogido al plan de retorno del Gobierno", explicó Kamal Rahmouni, presidente de la asociación marroquí Atime.
Fuente: EL PAIS - www.elpais.com