Padang.- Los trabajadores de rescate sacaron ayer jueves a varias víctimas, algunas de las cuales gritaban de dolor, de entre las ruinas de varios edificios derruidos por el poderoso terremoto que, según un funcionario de gobierno, dejó al menos 777 muertos.
Las Naciones Unidas, sin embargo, señalaron que el número de muertos llegó a 1,100 y advirtieron que podría aumentar. La mayoría de los muertos por el sismo de magnitud 7.6 del miércoles, con epicentro frente a la costa de Sumatra, se registró en la ciudad de Padang, dijo el funcionario, que habló bajo la condición de anonimato por no estar autorizado a hacer declaraciones a la prensa.
La región se estremeció por otro sismo ayer jueves por la mañana, lo que causó algunos destrozos más pero no dejó víctimas, según los reportes.
Más de 500 edificios, incluidos hoteles, escuelas, hospitales y un centro comercial, resultaron destruidos o dañados en Padang.
Se cree que miles de personas siguen atrapadas bajo los escombros, dijo Rustam Pakaya, jefe del centro de atención de crisis del Ministerio de Salud. Los trabajadores utilizaban retroexcavadoras para remover los escombros.
Muertes confirmadas
El funcionario de gobierno dijo que se confirmó la muerte de por lo menos 777 personas en el sismo y que había 300 heridos de gravedad.
Pero en la ONU, el jefe de atención humanitaria del organismo, John Holmes, dijo ayer que las cifras más recientes “sugieren que el número de muertos ha subido ya a 1,100” y podría elevarse ante el gran número de lesionados y de personas que seguirían atrapadas entre los restos de los inmuebles. “ Dios, ayúdenme, ayúdenme!”, gritaba Friska Yuniwati, una mujer de 30 años, mientras era trasladada a una ambulancia en el centro de Padang. Yuniwati fue sacada minutos antes de entre las ruinas de una casa, con la cara cubierta de golpes y los ojos cerrados.
John Lee, huésped de Singapur en el hotel Maryani que quedó destruido, fue rescatado por las cuadrillas de trabajadores que oyeron sus gritos de auxilio. Permaneció atrapado durante 25 horas con una pierna fracturada.
El hospital público Djamil de Padang no daba abasto con las víctimas. Decenas de heridos recibían tratamiento en carpas fuera del hospital, que tuvo también algunos daños.
El presidente Susilo Bambang Yudhoyono prometió hacer “todo lo posible” por ayudar a las víctimas.
“No se subestime (el desastre), preparémonos para lo peor”, dijo Yudhoyono.
Fuente: Listin Diario